BMW, la legendaria marca bávara, no siempre estuvo relacionada con los automóviles de lujo y alto rendimiento. La historia de BMW, Bayerische Motoren Werke, se remonta a 1916, y su evolución es un fascinante recorrido que abarca desde la construcción de motores aeronáuticos hasta convertirse en uno de los principales fabricantes de automóviles del mundo.
BMW comenzó su andadura en 1916 como un fabricante de motores para aviones en los albores de la Primera Guerra Mundial. De hecho, el logotipo de BMW, que muestra un círculo con segmentos azules y blancos, está inspirado en una hélice de avión en movimiento, con los colores de la bandera de Baviera.
Después del Tratado de Versalles, que prohibió a Alemania fabricar motores para aviones, BMW diversificó su producción. En 1923, BMW lanzó su primera motocicleta, la R32, y poco después, en 1928, se aventuró en la fabricación de automóviles al adquirir la empresa de vehículos Dixi.
La Segunda Guerra Mundial dejó a BMW en ruinas. Sin embargo, a partir de 1945, la empresa comenzó un lento pero constante proceso de reconstrucción. Fue durante este periodo que BMW comenzó a producir automóviles verdaderamente innovadores, como el IC 600 microcar y el BMW 507.
La década de 1960 marcó una nueva era de éxito para BMW con la introducción de la “Serie Neue Klasse” de sedanes deportivos que sentaron las bases para el futuro de la compañía. Durante las siguientes décadas, BMW se expandiría significativamente, lanzando icónicas series como la Serie 3, Serie 5 y Serie 7, convirtiéndose en un sinónimo de lujo, innovación y rendimiento.
En el siglo XXI, BMW ha adaptado su estrategia hacia un futuro sostenible sin sacrificar el rendimiento. Los modelos eléctricos e híbridos, como el BMW i3 y el i8, son testimonio del compromiso de BMW con la tecnología de punta y la responsabilidad ecológica.
Hoy en día, BMW sigue siendo un pilar en la industria automotriz, combinando su rica historia con una constante innovación que garantiza su liderazgo en el futuro.